BTemplates.com

jueves, 28 de marzo de 2019

DESORDEN ALIMENTICIO


DEFINICIÓN:
Existe cuando las actitudes de una persona hacia la comida y el peso, son tales que los sentimientos hacia el trabajo, escuela, relaciones, actividades diarias y emociones, son determinadas por lo que se ha o no se ha comido o por un número en la báscula (Siegel, Brisman y Weinshal, 1988). Las personas que sufren un desorden en la alimentación se caracterizan por:
  • Extremistas en cuanto a consumo de alimentos, que puede manifestarse por una pérdida severa de peso, rápidos aumentos de peso, o fluctuaciones muy importantes en peso.
  • Esta a disgusto con su imagen corporal, a menudo acompañado de una distorsionada percepción de las señales del cuerpo (hambre, enojo, fatiga, etc.).
  • Prácticas poco saludables para mantener el peso, como son: ayuno, inanición, comer compulsivamente, uso indiscriminado de laxantes, medicamentos para bajar de peso, diuréticos y exceso de ejercicio.
  • Un miedo irracional a engordar y un deseo obsesivo de adelgazar.
  • Los dos desórdenes más comunes son la Anorexia Nervosa y la Bulimia Nervosa. Existen otros como el Comedor compulsivo o el Ejercitado Compulsivo. Algunas personas pueden tener síntomas de más de uno de estos desórdenes.
      
                                                                          


                                                                                                                                                        
   






















jueves, 14 de marzo de 2019

COLEGIO



CLARETIANO DE TRUJILLO



HISTORIA

La historia del Colegio Claretiano de Trujillo empieza en el año 1957, cuando por acuerdo mutuo entre el Gobierno General de la Congregación de Misioneros Claretianos y el Arzobispado de la ciudad, se decide dejar la conducción del colegio Seminario de San Carlos y San Marcelo, cuya administración la tenía hasta ese año la Congregación. Fue entonces que la comunidad trujillana, representada por ex alumnos seminaristas y padres de familia, en coordinación con autoridades de la Congregación, gestan la idea de continuar la “gran obra” Claretiana en un local propio.

Con esta firme idea se adquiere el terreno de 30 000 m2 perteneciente al fundo La Encalada, en la zona oeste de la ciudad donde, el 20 de julio de 1958, en una ceremonia especial, se coloca y bendice la primera piedra del futuro Colegio Claretiano.